EL BOSQUE
El Bosque, es una villa ducal de recreo, diseñada durante el siglo XVI, conserva características originales del Renacimiento.
Fue fundado por Francisco II de Zúñiga y Sotomayor en el año 1567 en el terreno, que desde hacía años era coto de caza de los duques de Béjar. Para su realización se utilizó agua proveniente de la sierra de Béjar para erigir fuentes, llenar el estanque y regar los jardines.
En 1869 la villa sufrió las mayores transformaciones especialmente en la ordenación del jardín que perdió su originaria geometría.
La villa de “El Bosque” es un conjunto que gira alrededor del agua. El núcleo consta de palacete del S. XVI, estanque, fuentes y jardines. La configuración escalonada en terrazas permite dar vistosidad a todos los elementos y así sucede con el gran estanque que hace las funciones de presa. En su centro se sitúa una isleta de base pétrea y tejadillo al gusto decimonónico. En su lado Sur se está la llamada fuente de las Ocho Caños, con ocho los surtidores de mascaras manieristas los que la nutren sobre un aljibe octogonal y en el centro de un estrado presidido por los escudos ducales, todo ello construido en piedra de granito. También es del mismo material la fuente barroca de la Sábana, de grandes dimensiones con un arco desde cuyo interior sale una fina lámina de agua y otros chorros que caen al estanque estrellado sobre el que se asienta. El escudo que comparte los blasones de Zúñiga y Sotomayor, esculpido en altorrelieve, corona esta magnífica fuente.
En el jardín, que está situado en una terraza inferior y al que llega por una larga escalinata nos muestra cuatro fuentes, “la del Escudo”, “la de las Copas”, “la del Paraguas” y “la del Cisne”. Aparte de estas, entre los setos, hay varios surtidores para llevar a cabo juegos de agua que mojan por sorpresa al visitante. El agua recorre por todos los terrenos de la finca regando antiguas huertas y frutales en dirección a Béjar hasta ser embalsadas nuevamente en un estanque de pequeñas dimensiones que servía de reserva al antiguo tinte ducal.
Desde el 11 de enero de 1946 "El Bosque" está considerado BIEN DE INTERÉS CULTURAL (BIC), en la categoría de Jardín Histórico.
La Historia de los 'Hombres de Musgo'
La leyenda de los 'Hombres de Musgo' narra como el día de Santa Marina, los bejaranos escondidos en el Castañar, recubrieron sus ropas de musgo y al amanecer se dirigieron a la fortaleza musulmana reconquistando la ciudad.
La leyenda dio paso a la tradición, cada año los bejaranos se visten de musgo el día del Corpus Christi para recordar la noble azaña de sus antepasados, inferiores en número al enemigo, pero que fueron vistos por este como monstruos que bajaban del monte, como si del monte de las ánimas de Bécquer se tratara.
¿Por qué es Béjar ciudad cervantina? Te lo explicamos
El duque de Béjar, Alonso de Zúñiga, actuó como mecenas ante el ilustre escritor Miguel de Cervantes, en la conocidísima obra "Don Quijote de la Mancha".
De hecho, el propio Cervantes le brinda una dedicatoria en su obra.
De no haber sido por este hecho, puede que Cervantes no hubiese encontrado mecenazgo y por lo tanto puede que la obra por excelencia de la literatura española jamás hubiese visto la luz.
Góngora también le brindó al duque una dedicatoria en su inacabada obra "Soledades"
Un poco de historia de Béjar
Los primeros pobladores que habitaron la ciudad fueron los vetones (400 a. C.) que ocupaban la parte más al sur de la ciudad, lo que ahora se conoce como La Antigua, y el resto, hasta La Corredera, eran huertas y corrales. A comienzos del siglo primero antes de Cristo, Béjar pasa a manos de los romanos.
En el año 713 fue conquistada la ciudad por los bereberes, quienes ocuparon temporalmente la ciudad, hasta que en el siglo XI el rey Alfonso VI de León y Castilla por fin aseguró las plazas de Salamanca, Segovia y Ávila, desplazando las operaciones militares del Tormes al Tajo. Por estas fechas fue construida la alcazaba y las murallas, las cuales aún se conservan en gran parte. Nuevas incursiones árabes tuvieron lugar hasta la definitiva expulsión de los musulmanes.
Cada año, en las celebraciones del Corpus Christi, unos hombres recubiertos de musgo, rememoran que un día, cuenta la leyenda, que en el reinado de Alfonso VIII, una hueste cristiana que estaba escondida en el monte de El Castañar, inició el ataque a la fortaleza de Béjar. En una tierra verdeante, merced a la climatología húmeda de la Sierra de Béjar, los atacantes optaron por recubrirse con el mejor disfraz: cubiertos de musgo se dirigieron a la fortaleza musulmana, se situaron junto a las puertas y cuando los centinelas las abrieron, confiadamente, abatieron a los vigías y luego se expandieron por la ciudad, conquistándola tras una dura y sangrienta lucha. La puerta por la que accedieron los cristianos se llamó desde entonces Puerta de la Traición. En el lugar en que los atacantes se reunieron para oír misa se erigió una ermita a Santa Marina, en cuyo día se efectuó el asalto. Desde entonces se mantuvo una romería, poco después de la fiesta de Corpus.
La procesión del Corpus tiene una notable trascendencia histórica en Béjar. Se tiene constancia de su celebración desde el medievo. El elemento más curioso de este evento religioso es la presencia de los hombres de musgo, un reducido grupo de personas que desfilan en la misma recubiertas de musgo, como los primitivos atacantes cristianos. En toda la geografía española se pueden encontrar leyendas similares de hombres vestidos con pieles, ramas, etc, haciendo referencia al hombre primigenio. Pero la particularidad de Béjar es que sólo ella ha mantenido viva la tradición recreándola junto a la procesión de Corpus.
Otro de los aspectos que contribuyen a enriquecer la leyenda son las murallas, que datan del siglo XI y pueden constituirse en todo un escenario natural si llega a desarrollarse el proyecto de la escenificación de la tradición. Datan justo de la época en la que Castilla estuvo bajo dominación árabe. Fue ampliada en el siglo XII, durante el reinado del monarca Alfonso VIII de Castilla.
En 1211 Alfonso VIII segrega la actual Comunidad de Villa y Tierra de Béjar de Ávila, de la que todo este territorio previamente formaba parte, y le concede fuero propio. Musulmanes, judíos y cristianos convivieron en Béjar durante varios siglos. Cabe señalar que Béjar, al igual que todos los pueblos de su alfoz, no pertenecieron al Reino de León hasta las reformas territoriales ilustradas del siglo XVIII.
Álvaro de Zúñiga se benefició de las luchas entre Enrique IV y su hermano el Infante Alfonso (a quien había apoyado). Esta actitud continuó en la guerra de sucesión de Enrique IV, entre su hija Juana la Beltraneja y la medio hermana de Enrique IV y hermana del difunto Infante Alfonso, Isabel. La recompensa fue ser nombrado el primer Duque de Béjar, por parte de los Reyes Católicos.
En el siglo XVI el IV Duque de Béjar ordenó la realización de los jardines llamados El Bosque. La Casa Ducal se caracterizó por su labor de mecenazgo. Es conocida la dedicatoria realizada por Cervantes en El Quijote al duque Alonso de Zúñiga, así como la dedicatoria realizada por Luis de Góngora en su inacabada obra "Soledades"
La Casa de Zúñiga agruparía sobre su linaje señoríos repartidos por toda España. Además de duques de Béjar, condes de Plasencia, marqueses de Valero (Salamanca), de Gibraleón (Huelva), condes de Miranda del Castañar (Salamanca), condes de Arévalo (Ávila), Trujillo (provincia de Cáceres), Ledesma (Salamanca), Ayamonte, Belalcázar (Córdoba), vizcondes de la Puebla de Alcocer y señores de Capilla, de Olvera, y Burguillos (Sevilla).
Desde antiguo, la villa se caracterizó por su dedicación a la producción pañera, actividad que eclosionó a partir de la llegada de los "maestros flamencos", traídos por la Casa Ducal para impulsar este desarrollo. Béjar experimentó desde entonces un proceso de proto-industrialización durante todo el siglo XVIII. De ahí se explicaría el gran desarrollo de la actividad textil que caracterizó la economía de la ciudad durante los siglos XIX y XX. La ciudad vivió entonces un gran cambio urbanístico, social y político.
El liberalismo favoreció y consolidó a la burguesía bejarana incipiente a principios del siglo XIX, permitiéndoles controlar la política de Béjar una vez desaparecidos los privilegios señoriales del Duque de Béjar, título que había recaído en la persona de la Duquesa de Osuna en el siglo XVIII.
El desarrollo de la industria textil bejarana fue espectacular, aunque afectada por crisis cíclicas, motivadas por la excesiva dependencia de esta actividad a las contratas del estado, a la mala situación geográfica y a una llegada tardía del ferrocarril, que hacían muy difícil competir con la industria pañera catalana. En 1770, en el "Correo General" publicado en Madrid, Béjar aparece como parte de Extremadura con una "Fábrica de Paños Veinte y seis senos, Veinte y ochenos, y Treintenos, de Varios colores, y Grana".
En 1833, con la división provincial del Decreto de Javier de Burgos, Béjar y los pueblos de su comunidad fueron incluidos en la provincia de Salamanca, en la Región de León. Esta nueva división se encontró con la oposición del municipio. El propio Ayuntamiento de Béjar solicitó la segregación de Salamanca y la incorporación a Ávila, a la que históricamente siempre perteneció. Petición ésta que volvió a repetirse 18 años después, en 1851, también sin éxito.
El título de ciudad le fue concedido por Isabel II en 1850 gracias a las actuaciones del Ministro de Hacienda nacido en Béjar José Sánchez Ocaña. Béjar se convirtió entonces en "Muy Leal" (título concedido por los Reyes Católicos en 1492 por la participación en las conquistas de Málaga y Granada), "Muy Noble" (ganado por la conquista de Cáceres en 1229 de la mano de Alfonso IX de León) y "Liberal y Heroica" posteriormente en la revolución de 1868, en la que los bejaranos resistieron a las tropas de Isabel II. En Primera República la ciudad se declaró cantón durante la Revolución Cantonal.
La industria se vería beneficiada por el estallido de la Guerra Civil, toda vez que Béjar se situaba en zona "nacional", frente a la Cataluña republicana. La victoria militar vendría a establecer un lazo de unión firme entre el nuevo régimen y la burguesía bejarana
Imagen de la Plaza Mayor de Béjar engalanada
En la imagen podemos ver la famosa Plaza Mayor de la ciudad de Béjar en la que se encuentran entre otros monumentos, el palacio Ducal, cuya función actual es de Instituto de educación secundaria obligatoria y bachillerato así como la Iglesia de El Salvador, ambos no son visibles en esta imagen, pero sí lo es de manera parcial el Ayuntamiento de Béjar.
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